sábado, 22 de junio de 2013

                                                 ¿Se le puede enseñar a un niño ser feliz?

Según varios expertos en el tema opinan que sí, primero repasemos que es saber ser feliz, es saber plantearnos metas, saber encarar las adversidades con optimismo y esperanza, usar el poder mental para llevar a cabo nuestros planes y objetivos, vivir saludablemente, tener autoestima y practicar el altruismo; Richard Layard, en su libro “La felicidad, lecciones de una nueva ciencia”,  plantea que las personas más felices tendrían dos características centrales: el ser compasivas y agradecidas. Todas estas características y virtudes que hacen feliz a una persona pueden ser desarrolladas mediante la enseñanza y el ejemplo.
Los niños absorben como esponjas todo lo que ven y sienten  del ambiente donde se crían, sobre todo de sus padres o de las personas que ejercen esta función, son el espejo donde se miran, inculcarles  emociones positivas es importante para que crezcan fortalecidos y no sean propensos a experimentar emociones negativas y a su vez ellos serán generadores de climas emocionales positivos y optimistas.
Según la Fundación Alejandría, la felicidad de los niños se expresa en la risa y en su vitalidad,  el mundo de los niños es el juego, mediante el cual imaginan, imitan, descubren, inventan y sueñan, desde aquí se les puede enseñar que todo lo que hagan debe ser realizado con amor  y esperanza,  las problemáticas de su pequeño mundo abordarlas con positivismo, porque la felicidad no es la ausencia de malos ratos ni obstáculos, sino que más bien son el pan de cada día y es cuando debemos enseñar a afrontarlos y saber manejarlos.

                                                  
                                                     Los psicólogos proponen fomentar:
La gratitud, la amabilidad, el trabajo en equipo, la comunicación, integridad, y hacer actividades con nuestros niños, son 15 las claves que fomentan la felicidad infantil:
1)    Amarlo sólo por ser nuestro hijo.
2)    Saber expresarles verbal y físicamente los sentimientos. Manifestarle con mensajes claros nuestro amor hacia él.
3)    Inteligencia emocional. Los niños deben aprender a controlar y regular sus emociones para resolver los problemas   de manera pacífica. Eso genera tranquilidad y armonía en su carácter.
4)    Fijarle límites, y no sobreprotegerlos.
5)    Mostrarles que los errores son una oportunidad de aprendizaje
6)    Enseñarles a dar las gracias, la gratitud favorece la estabilidad mental y enriquece el crecimiento de los niños. Los niños valoran más lo que tienen y a su entorno.
7)    Confiar en su habilidad para resolver dificultades. Los niños son más felices si consiguen sus objetivos por sus propios méritos, debemos animarles en este sentido.
8)    Ser positivo. Les mostramos que las adversidades son temporales.  Los niños educados en un entorno positivo son más seguros y creen más en sí mismos. Tienen mayor control de su mente.
9)    Practicar la sonrisa expansiva y el buen humor, la esperanza  y el amor.
10) No etiquetar. Se debe evitar rotular a los niños. Decirles “eres malo”, “eres llorón”, les predisponen a moldear su actitud para encajar en este perfil.
11) Mantenemos la esperanza aún en situaciones difíciles
12) Cultivamos los valores y las virtudes
13) Respetar sus emociones
14) Guiarlos a través del afecto. Debemos dar su justo valor a las cosas y a las situaciones, extinguir conductas como pegar, insultar o faltar al respeto.
15) Fomentar sus logros personales. Estimular la independencia de los niños, potenciará su autoestima, su seguridad y la confianza en sí mismos.


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